Qué alegría estar otra vez aquí en un nuevo episodio de pódcast de los viernes y además hoy con una muy esperada visita.
La verdad es que nos vestimos de largo cada vez que recibimos en esta casa a gente muy admirada.
Seguimos desde hace mucho tiempo a Nuria y Fer, de La Semilla Violeta. Es como una larga relación de admiración y la gran intuición de que son unas aliadísimas que hacen un trabajo maravilloso: pedagogía activa transformadora.
La Semilla Violeta nació como un espacio vivencial para la infancia para ofrecer un ambiente de respeto profundo para niños y niñas de hasta 6 años de edad. Hasta que decidieron dar un paso más en su compromiso con la infancia, acogiendo a padres, madres, educadores, equipos directivos y estudiantes.
Su forma de ver y entender la infancia es fuente de inspiración. Y en este episodio vienen a contarnos algunas de estas semillitas de cambio hacia la infancia.
Te dejamos aquí debajo un extracto de nuestra charla con ellas.
Extracto de la conversación
Mariana (Árbol Dúo):
Lo primero es: ¿Qué es La Semilla Violeta? Y, sobre todo, ¿de dónde sale ese sueño?
Nuria (La Semilla Violeta):
Pues La Semilla Violeta empezó siendo una escuelita heredando otra escuelita.
Fer y yo nos conocimos en unas formaciones de las que éramos tutoras.
Y bueno, sentíamos como la necesidad de seguir expandiendo. Sentimos como una identidad muy propia, que es esta propuesta de la necesidad de mirarnos nosotros como docentes o como padres, madres, cualquier persona que está en contacto con la infancia.
La importancia de mirarnos para desde ahí, desde este revisarnos con mucho amor, mucha comprensión y mucha ternura hacia nosotros mismos, poder estar más disponibles para la infancia, para poder ofrecer relaciones diferentes y eso, a largo plazo, una educación también diferente.
Entonces, desde ahí empezó La Semilla Violeta.
Ahora estamos en un momento de mucho florecimiento. Ahora, precisamente con la primavera, estamos así como sembrando mucho y también cosechando mucho. Así que muy contentas.
Nuestra seña de identidad es la posibilidad que nos ofrece la infancia para revisarnos a nosotros mismos. Lo vivimos nosotras como una oportunidad y como un regalo, en vez de como algo farragoso, más bien al contrario.
Mira qué bonito que estar con ellos nos ofrece esta posibilidad.
Mariana (Árbol Dúo):
Y sobre todo es que lo decías y se siente esa descarga en el cuerpo. Porque tanto como padres, madres, como docentes, se puede sentir como un peso y una responsabilidad que a veces nos bloquea, o sea, que nos hace perder toda la conexión y toda la frescura que justamente ellos nos están trayendo y nosotros nos ponemos ahí de: “no, no, no, esto tiene que ser de esta manera. Voy a ser buena madre”.
Juanjo (Árbol Dúo):
Y da la sensación escuchándote que es como salir de ese eje tan académico de hacerlo bien o hacerlo mal. Lo estamos haciendo mal, lo estamos haciendo bien y es como: “Oye, mira hacia ti, revísate y desde ahí a ver cómo te relacionas desde otro lugar”.
Nuria (La Semilla Violeta):
Sí, porque creo que este hacerlo bien y hacerlo mal también es herencia del sistema educativo en el que hemos vivido.
Es abrirnos a otras maneras de relacionarnos, que lo que sucede en el aula es una relación educativa, es una relación también. Entonces, cómo esa relación es de crecimiento para ambos, es de crecimiento para el adulto y es de crecimiento para el niño.
Y hay una frase muy bonita que a mí me gusta que dice: “Los niños no nos esperan perfectos, nos esperan a nosotros”.
Entonces, ¿cómo nos relacionamos desde un lugar auténtico?
Y además, porque lo que cada uno ofrece a los niños, solo uno lo puede ofrecer. Yo no ofrezco lo mismo que Fer, Fer no ofrece lo mismo que yo. Y esto es de una riqueza.
Entonces, no les quitemos la posibilidad de poder estar en relación con adultos, pues esto, disponibles, auténticos, en contacto con lo suyo propio y viviendo esto como una riqueza.
Mariana (Árbol Dúo):
Qué maravilla. Trabajáis con docentes, ¿pero también trabajáis con padres y madres? ¿Cómo lo estáis llevando eso ahora?
Fer (La Semilla Violeta):
Sí, a ver, como decía Nuria, para nosotros lo importante es poder trabajar con todos los adultos que estén acompañando a niños y niñas.
Y nuestro sueño, así un poco de proyección del futuro, es también poder entrar mucho más en el ámbito social. Ojalá en el sanitario. Donde haya algún profesional trabajando con niños y niñas, qué importante es que estén conscientes de qué manera se puede hacer ese acompañamiento.
Entonces, nosotras trabajamos tanto con docentes como con familias. El año pasado tuvimos nuestra escuela de familia propia. Este año no lo sacamos como tal, porque como decía Nuria, ha sido un año de recoger en otros ámbitos.
Estamos trabajando muchísimo en escuelas que nos están llamando para dar formaciones a docentes. Y este año, entonces, la escuela quedó un poco más aparcada.
Pero de cualquier manera, también nos han llamado desde AMPAs, DAFAS o asociaciones para poder reflexionar, porque evidentemente como madres y padres hay una intensidad añadida en la relación y hay un enredo emocional añadido también a esa tarea educativa.
Y esto que sabemos que es bonito y es una invitación a un viaje, también es muy complejo en el día a día, porque la relación con un hijo o con una hija nos mueve cosas muy viscerales, muy arcaicas y que es posible que hasta ahora en nuestra vida no hayan salido porque nos manejamos en un nivel medianamente superficial.
Tener un hijo de repente saca cosas y se dice: “Uy, esto no, nunca lo había reconocido ni qué pasa”.
Entonces, claro, los padres y madres necesitan también un espacio de encuentro, de reflexión y de relación.
Cuando decimos esto que decía Núria, que nos parece tan importante poner la relación en el centro, que hablabais vosotros también en algún audio, de qué es esto de poner la vida en el centro y poner los cuidados en el centro.
Claro, necesitamos nosotras como adultas establecer esas relaciones también y esos lugares de encuentro, y luego lo podremos llevar a relación con el niño o la niña.
Pero si nosotros no conseguimos un espacio donde poder corregularnos, un espacio donde nos sintamos seguros, un espacio donde puedo revisar mi maternidad, mi paternidad, desde una capacidad de observación compasiva, es muy difícil que yo pueda cambiar realmente en la intervención del día a día, en el acompañamiento.
Entonces, para nosotros lo más importante es poder ofrecer esos espacios para los adultos.
Hay como círculos de acompañamiento. Y claro, en la época de la escuelita, que estaba ahí Nuria con un equipo, estaba en el trabajo más directo con niños y niñas.
Y ahora sentimos que de alguna manera, aunque también estamos con niños y niñas de diversas maneras, no ha desaparecido esa parte.
Pero sentimos que estamos como en un círculo un poco más fuera, sosteniendo y acompañando a los adultos que están ahí.
Es como un laboratorio experimental.
Es como qué pasa cuando hay un adulto que te pueda acompañar como padre, madre o docente en tu práctica y luego eso que experimentas lo puedes llevar entonces a un niño o una niña.
Porque lo que decía Nuria, de este efecto académico escolar de cómo vivimos la vida, entramos muy fácilmente en la culpa, le exige todo lo que justo nos va a hacer ir a peor.
“Es lo estoy haciendo fatal”. Y eso es lo que queremos evitar. Es como: “Bueno, esto es lo que hay. ¿Cómo podemos revisarlo?”
P.D. RECORDATORIO: esto es tan solo un pequeño extracto de nuestra charla con Nuria y Fer, de La Semilla Violeta. Puedes escuchar el episodio al completo en la parte superior de esta misma página o en cualquiera de estas plataformas de pódcast: Spotify, iVoox, Apple Podcasts o YouTube.
Recursos mencionados
- Nuria Comonte y Fernanda Bocco. La Semilla Violeta.
- David Bueno i Torrens.
- Carles Parellada Enrich.
- Nazareth Castellanos.
- Voz introducción: Eva Guillamón. Actriz, docente, intelectual, fotógrafa, cantante y escritora. En su ecosistema se imponen la música y la poesía, sea como se llame la profesión que se apoya por igual en el canto y la palabra. Puedes conocerla mejor en su Instagram y su web.
- Música: Francisco J. Hernández. Biólogo y artista plástico con una reconocida carrera en el campo de la Ilustración científica y de naturaleza. Músico de corazón, indígena asombrado del siglo XXI y, sobre todo, un hermoso hombre árbol. Puedes conocerlo mejor en su Instagram y su web.