Episodio T2x11 Y parecía fácil… Digerir lo masculino

Los tiempos navideños están a la vuelta de la esquina. 

Quizás para algunas personas sean tiempos revueltos y para otras no tanto. 

Por un lado, posibles encuentros incómodos, cenas copiosas y también alguna que otra conversación un tanto delicada. Y, por otro, encuentros deseados, momentos de reflexión y compartires jugosos. 

En nuestro caso disfrutamos mucho de la Navidad. Y este tiempo lo queremos abrir con un episodio en el que charlamos sobre uno de los temas que nos apasionan y supone un punto de inflexión: la masculinidad.

Partimos del eje de uno de nuestros programas anuales, el Círculo de Corazón Verde (Círculo de Hombres), para conversar sobre diversos aspectos acerca de la socialización masculina, identidad y mandatos de género, ejes de jerarquía y de rango, violencia sistémica, masculinidad hegemónica… 

Sabemos que en diversas circunstancias estas temáticas pueden llegan a ser complejas de digerir. 

Y no solo eso, sino que tardamos mucho tiempo en la vida en darnos cuenta qué es eso que se nos repite y hasta qué punto nos hace daño. 

De ello te hablamos en el capítulo, en el que vas a poder escuchar:

  • Por qué es necesario contar con espacios de seguridad, de suavidad y libres de juicios para reconectar y fortalecernos.
  • Cómo la creatividad tiene un papel fundamental en los espacios de hombres para lograr una danza equilibrada entre lo arquetípicamente masculino y lo arquetípicamente femenino. 
  • Por qué es importante la deconstrucción de la memoria somática para la creación de nuestra identidad. 

En definitiva…

Te contamos cuál es nuestra visión sobre cómo toda esta “sopa” se refleja en los ejes estructurales de nuestra sociedad y las alternativas que tenemos como agentes de cambio para activar un nuevo paradigma en relación con la masculinidad.

P.D.: el Círculo de Corazón Verde solo abre sus puertas dos veces al año, a fin de asegurar la continuidad e intimidad del grupo. Por lo que si tienes interés en formar parte de este espacio de hombres en movimiento, síguenos en nuestras redes o suscríbete a nuestra lista, para mantenerte al día de cuando abrimos las inscripciones.

Extracto de la conversación

Primero que nada, una aclaración: ¿qué significa la socialización?

La socialización se refiere a la forma en cómo la sociedad, a través de distintas instituciones (por ejemplo, la familia, la escuela, la calle, la publicidad…) adquiere e integra la información de su entorno.

Básicamente, significa cómo nos criaron.

Lo que hacemos nosotros (como padres y padres), así como nuestros padres y madres, es transmitir una cultura que nos creemos.

Porque, aunque tenemos esta idea de que somos superlibres y superindependientes, la mayor parte de las cosas que transmitimos, en realidad, son hábitos culturales.

Desde las cosas que comemos hasta la forma de sentarnos a la mesa y lo que hacemos con el cuerpo.

Como hombres, no podemos desplegar nuestra parte más creativa si no estamos en un estado de vulnerabilidad

Y por socialización, los hombres crecemos, nos desarrollamos y nos mantenemos durante horas, semanas y años de nuestra vida en un estado que se aleja de este estado de vulnerabilidad.

Lo hacemos en un estado de enorme dureza.

Entonces, desde ahí se hace muy compleja la vida.

El Círculo de Hombres: espacio creativo, seguro y libre de juicios

En el espacio de hombres que tratamos en uno de nuestros programas anuales de la escuela, el Círculo de Corazón Verde, trabajamos muchas capas.

Pero existe una en esencia, al igual que lo que se hace en las artes: reproducimos artificiosamente algo que no existe socialmente.

En general, existen muchos espacios de hombres.

Mucho que hacen cosas que serán fantásticas en cuanto a la sensación de pertenencia y muchas cosas que tienen que ver con la identidad.

Pero no hay espacios de hombres que nos permitan tener una relación afectiva, que nos permitan…

  • empezar a desnudarnos y a ser nosotros mismos;
  • hablar de realmente en lo que nos duele;
  • hablar de las “cagadas” que hacemos desde un espacio completamente seguro de no sentirnos juzgados.

Esta es una de las cosas que más valoran la inmensa mayoría de los hombres al principio.

Como:

“¡Guau! Encontré esto que nunca lo vi antes. Un espacio donde siento que me escuchan profundamente.

Me siento escuchado, me siento amado. No hay juicio y no me están pidiendo un interés, no me están pidiendo que yo haga nada a cambio. Puedo estar aquí siendo yo”.

Evidentemente, en un proceso de movimiento, de cambio, de transformación.

El círculo de hombres tiene objetivos e intenciones y cada uno de los hombres tiene intenciones

Y algo muy importante es que podemos hablar de nuestro dolor.

Del daño que los hombres recibimos del propio sistema patriarcal. Es decir, del daño que los hombres hacemos y que recibimos.

Pero este es un tema muy delicado y muy complejo.

Y por ello resulta muy interesante poder quitarnos el rol encasillado de verdugo-víctima.

Un lugar donde se puede no competir

Un lugar donde podemos descansar de esos mandatos de género en relación con la socialización del hombre.

Un lugar donde podemos no desconectarnos de nuestras emociones y colocarnos en un lugar duro donde podemos con todo.

Asumiendo todo, cada uno con su estilo.

Uno desde el humor, otro desde el sufrimiento, otro desde un lugar donde desnudarse.

Un lugar donde podemos mostrar lo que hay en este momento adentro nuestro.

Es cierto que para los hombres esta socialización de estar permanentemente compitiendo es muy fuerte.

Y lo importante que es para las mujeres que los hombres tengamos un lugar así.

Que pueda haber espacio en donde podamos hacer esta reconexión, hablar de esto y fortalecernos, porque necesitamos que haya muchos más espacios de suavidad.

Sostener la incomodidad

Esta es una de las cosas que hacemos en el círculo de hombres.

Tenemos como una parte arquetípicamente femenina donde trabajamos la hermandad, abrimos un espacio de prácticas de escucha profunda sin juicio y traemos lo que cada uno trae.

Y luego tenemos una parte más arquetípicamente masculina, donde ponemos foco, lanzamos flechas, nos ponemos intenciones y nos empujamos.

Si no hay esta danza entre esta parte arquetípicamente masculina y arquetípicamente femenina, hay algo que está demasiado desequilibrado.

Necesitamos las dos partes.

Y es fundamental darnos cuenta hasta qué punto esa comodidad y ese refugio hace un beneficio a nivel, a nivel personal y a nivel egoico, a corto plazo.

El mundo necesita padres

En una entrevista que le hacían a Jodorowsky, le preguntaban:

Señor Jodorowsky, ¿usted qué cree que necesita el mundo?”.

A lo que él respondió: “El mundo necesita padres”.

O sea, el mundo necesita padres, en un sentido arquetípico.

Necesitamos habitar ese otro lado del río que ha estado absolutamente deshabitado y que no hemos querido ir ahí porque era un lugar, evidentemente, incómodo y estaba todo por hacer.

Inhóspito y agresivo.

Nos queda mucho trabajo por hacer. Pero hace años que estamos sintiendo que ya no es un lugar deshabitado.

Si yo como hombre cruzo ese río a ese otro lugar, ahí hay vida. Hay bienvenida y hay una persistencia de habitar ese espacio con otros códigos que lo estamos creando.

La importancia de las prácticas con el cuerpo

Hemos visto muchos espacios donde se piensa mucho, pero no se entra a trabajar con la memoria que está en el cuerpo.

Hay mucha teoría (que es algo también muy de socialización masculina), pero no hay deconstrucción de la memoria somática.

No hay trabajo con el trauma propio.

No hay una exploración de la conciencia relacional.

Y hay mucho cliché con esto, porque parece que trabajar con el cuerpo es que nos tengamos que mover. Que bailemos.

Pero es que si no hay un trabajo desde ese paradigma desde el cuerpo, a un nivel esencial, no a un nivel de la forma, no podemos abordar la profunda transformación que como hombre requerimos hacer.

P.D. RECORDATORIO: esto es tan solo un pequeño extracto de nuestra charla. Puedes escuchar el episodio al completo en la parte superior de esta misma página o en cualquiera de estas plataformas de pódcast: Spotify, iVoox, Apple Podcasts o YouTube.

Recursos mencionados

  • Círculo de Corazón Verde. Un círculo de hombres como espacio donde descubrir nuevos referentes que ya están transformando y liderando sus vidas como hombres para reconectar y vivir una masculinidad más completa.
  • Jokin Azpiazu, sociólogo, profesor en la Universidad del País Vasco y autor de “Masculinidades y feminismo”.
  • Alejandro Jodorowsky. Artista, escritor, director de cine y terapeuta psicomago. Una de las personas que hizo el puente entre las antiguas prácticas chamánicas y la psicoterapia moderna, con la vía de trabajo que él llamó la psicomagia, y la psicología transpersonal.
  • José Ángel Lozoya.
  • Libro Un hombre de verdad: Lecciones de un boxeador que peleaba para abrazar mejor, de Thomas Page McBee. (Este libro es uno de los tantos que forman parte de la biblioteca de recursos que trabajamos en el Círculo de Corazón Verde)
  • Voz introducción: Eva Guillamón. Actriz, docente, intelectual, fotógrafa, cantante y escritora. En su ecosistema se imponen la música y la poesía, sea como se llame la profesión que se apoya por igual en el canto y la palabra. Puedes conocerla mejor en su Instagram y su web.
  • Música: Francisco J. Hernández. Biólogo y artista plástico con una reconocida carrera en el campo de la Ilustración científica y de naturaleza. Músico de corazón, indígena asombrado del siglo XXI y, sobre todo, un hermoso hombre árbol. Puedes conocerlo mejor en su Instagram y su web.

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