En atención a una de las peticiones que vamos recibiendo, continuamos con el tercer episodio de esta segunda temporada de “Y Parecía Fácil” charlando sobre las diferentes dialécticas en torno a la atracción de personas afines.
Y es que en repetidas ocasiones hemos escuchado expresiones como:
“Es que nos parecemos tanto…”
“Somos tan parecidos…”
“Somos tan similares…”
Pero, cuando nos referimos a esta temática de la atracción, realmente…
- ¿Qué es una persona afín y cuál es el imaginario?
- ¿Una persona afín es alguien que le gusta lo mismo que a mí, que hace lo mismo que yo y que compartimos hobbies?
- ¿O es alguien muy diferente que yo en su forma de vivir la vida, pero con unos valores esenciales muy semejantes?
En este episodio te hablamos sobre las narrativas en torno a esta materia.
Y si te apetece te animamos a que nos cuentes en los comentarios qué es lo que significa para ti una persona afín. (Si ya nos conoces, sabrás que ¡nos encanta crear estos espacios de co-inspiración!)
¿Qué significa una persona afín?
A veces, podemos sentir a una persona afín porque trae una característica en particular que también tenemos y nos gusta mucho, aunque en otras cosas no estemos tan de acuerdo.
Sin embargo, en las ocasiones respecto a una relación de intimidad, si en los valores no hay afinidad entonces la cosa empieza a complicarse. Pues los valores se traducen muchas veces como en una manera de estar en el mundo.
Y otras veces, en cambio, es como esta sensación que puede que hayas sentido en algún momento de decir:
“Podría ir con esta persona a cualquier lugar«.
O sea, como una sensación de no tener que estar desempeñando un rol de manera tan forzada. Una sensación de poder estar como en casa, de espacio seguro.
Pero, ¿qué ocurre cuando sentimos no encontrar personas afines?
La respuesta tiene que ver con lo que pasa en relación con sentirnos en conexión con otras personas.
Y quizás no tanto con que no haya personas afines a nuestra persona o que no estén en nuestro entorno (que puede ser).
Si no, con que haya una sensación de desconexión o de soledad más profunda que tenga que ver con nuestro sistema nervioso.
Y que entonces, incluso cuando creamos que hay personas afines, en el momento que entramos en la intimidad, lo que empezamos a sentir es que esa persona (que nos parecía muy afín) no nos hace sentir internamente ese espacio seguro.
Cuando surge la necesidad de tener cerca a gente afín, ¿a qué nos referimos exactamente?
Esta pregunta nos va a dar muchas pistas acerca de dónde tenemos que buscar internamente y qué es lo que puede que nos esté ocurriendo.
Hacer un análisis de contexto.
Mirar en qué círculos y ambientes nos estamos moviendo.
Y ver si no encontramos lo que estamos necesitando, porque en nuestro contexto social hay una realidad que nos dice:
«Oye, mira, es que aquí no lo vas a encontrar«.
Y entonces digamos:
“Ok, me tengo que mover”.
Realmente pararnos a observar si nos tenemos que mover para poder abrirnos, abrir las posibilidades y estar cerca de atraer personas en la frecuencia que necesitamos.
La resonancia funciona por semejanza
No por diferencia.
Esto es una de las tremendas premisas de la Ley de Atracción.
Según la cual podemos afirmar que siempre atraemos personas afines.
Entonces, cuando no creemos que estamos atrayendo a personas afines…
- ¿Qué tenemos en común con las personas de nuestro alrededor?
- ¿Qué estamos atrayendo?
- ¿Qué es lo que estoy viendo afuera que posiblemente esté adentro?
En conjunto sería: ¿cuál es la energía que queremos hacer crecer?
Tal y que estamos irradiando constantemente, es como si quieres hacer crecer la alegría, pero estás con la preocupación constante por tu emprendimiento… Pues mucha alegría no vas a hacer crecer ni atraer.
Lo que en ese momento tu mente piensa es que necesitaría que viniese alguien con muchísima alegría a sacarte de ahí.
Y no.
Probablemente, lo que pase es que atraigas a otra gente que también está en esa resonancia porque es donde estás resonando.
No se puede atraer desde la energía contraria
Y es que una persona puede estar socialmente o en un momento de mucha alegría a nivel primario (como diríamos en el trabajo de procesos), de manera más superficial, tal que así:
«No, si yo estoy bien. Mi vida está bien. Todo está bien. Estoy en un buen momento«.
Pero a nivel secundario, en una estructura más profunda, está atrayendo a alguien que está también desde este lugar.
Recapitulemos…
Es importante:
- Por un lado, ver que las personas que estás atrayendo son personas afines, aunque sean afines a una parte de ti que no quieres ver. Poder ver esa parte para ponerla, reactualizarla y entonces no seguir atrayendo desde ahí.
- Por el otro lado, moverte a los lugares en donde pueda haber una mayor resonancia con una parte de ti que en este contexto no se puede desarrollar.
Encontrar entornos en donde eso que en este entorno es una rareza está totalmente desarrollado, refinado y que te puede hacer crecer a ti.
Con el propósito de ampliar el límite interno.
O sea, el hecho de decir que igual tu persona afín es afín a esa parte de ti que todavía no se ha desarrollado y necesitas buscar un entorno en donde se pueda desarrollar más para que puedas atraer, donde haya más personas parecidas a eso que estás buscando.
Entonces poder tomar el tiempo de sentarte a gobernar tu vida. De sentarte a ver hacia dónde tu alma te quiere llevar.
De sentarte a gobernar el centro atractor.
Ser el centro magnético, ser el capitán o la capitana de esa nave, de ese centro magnético. Y dejarte sentir.
Dejarte imaginar cómo es la vida que quieres tener, cómo es quien quieres ser.
Y permitirte brillar.
Porque cuando nos encajamos internamente y encontramos un sitio de coherencia mayor, hay muchas personas afines.
Lo que significa que cuando nos colocamos del todo en nuestra vida y realmente somos ese centro magnético, es fácil atraer a lo que resuena con eso.
Recursos mencionados
- Ley de la atracción y de la resonancia.