Las Navidades son un potente campo de información.
Se abre un portal y hay accesibles muchas de las cosas que están ahí inconscientes y que nos están trabando, bloqueando y causando miedos.
Un montón de energía social se encuentra enfocada y con indicadores de cómo estamos nosotros personalmente, cómo estamos en nuestras relaciones y cómo estamos liderando nuestra vida.
Y precisamente por eso nos gusta hacer un evento en estas fechas, siendo en esta ocasión “Qué me cuento en Navidad”, en el que estuvimos trabajando las creencias asociadas a este tiempo navideño.
Las más generalizadas que surgieron fueron una sorpresa confirmada, que básicamente tenía que ver con que:
- Las Navidades son fiestas para estar en familia.
- Hay que estar en familia, pase lo que pase.
- Hay que aguantar como sean las tradiciones de la familia, no se puede cambiar nada.
Como una sensación de resignación y también de “bueno, no respiro hasta que pase esto y luego sigo respirando”.
Pero, en el fondo, también una sensación de amor, afecto y querer estar.
Un tema bastante complejo del que te hablamos en el episodio de hoy.
Te dejamos más abajo un extracto de la conversación. En cualquier caso, te invitamos a que escuches el episodio completo y apliques las prácticas que te proponemos para que disfrutes este tiempo, sea cual sea la forma en la que celebres.
Extracto de la conversación
La intención: la fuerza aglutinante de nuestra capacidad creativa y foco energético
Es cierto que hay una intensidad y un exceso de importancia colocado en este tiempo de Navidad.
Tanto si es para aceptarlo como si es para rechazarlo.
Es como que, de pronto, cuando hay eventos sociales tan grandes, se llevan nuestra atención. Y allí donde va nuestra atención, va nuestra intención.
Donde estemos colocando esa intención va a crecer lo que miremos.
Entonces, lo que tienen estas épocas es que socialmente se genera un vórtice en donde hay muchísima energía concentrada.
Y por eso para nosotros es interesante hacer los eventos antes de estas navidades, porque tiene que ver con comprender cómo poder poner una energía condensada que está condensada y activa.
¿Podemos alejarnos de las corrientes sociales?
Como somos seres sociales, en el momento que se activa una corriente social, nos vamos a quedar pegados.
Entonces, la parte que sí podemos elaborar es ver de qué manera estamos entrando en esa corriente.
Y aprovechar toda esa corriente que se está activando para trabajar dentro de una corriente muy activada cómo hacemos para ejercitar nuestro liderazgo.
Y liderar ese potencial creativo que muchas veces está ahí frustrado.
Cómo sigo siendo yo
No tiene que tener que ver con:
“Vale, ahora no voy, me peleo con toda mi familia y me planto aquí”.
O “me voy a 14000 kilómetros para no tener que estar en la misma ciudad y tener que decir que no voy”.
Si eso es lo que necesitamos hacer, maravilloso.
Pero si estamos anclados en nuestro poder personal son cosas bastante más pequeñas o casi invisibles hacia afuera, que tienen mucho más que ver con permitirnos mantener el centro de quienes somos, en lugar de aplicarnos “la máscara”.
Las máscaras de las Navidades
Esta cosa de “lo que se supone que esperan de mí”.
Y es curioso, porque es como si el enojo se proyectara afuera y como si hubiese una acusación de que la sociedad nos obliga a ponernos una máscara.
Es como todo puesto ahí, pero se habla menos cuando hablamos de las máscaras de la disociación; de la desconexión de un lugar más integrado y más completo.
Porque la máscara es un elemento externo que colocamos.
Las máscaras VS. nuestras partes internas
Puede ser que una parte interna nuestra se convierta en una máscara, pero en tanto sea una parte interna es parte de la familia.
Entonces, pensando en el sistema familiar interno, cómo sería ir a esa cena familiar o a esa celebración familiar con toda nuestra familia interna también, escuchando lo que todas las partes necesitan, en lugar de decir:
“Ah, bueno, ahora saco esta, que es la que esta gente está esperando de mí, y todas las otras les digo: ustedes al cuarto; o sea, ustedes a esperar a que termine esto para poder salir”.
Cómo sería desde un sitio de presencia mayor y no tanto de lo que tiene que hacer nuestra personalidad.
Cómo hacer este trabajo interno para poder ir con todas nuestras partes.
Con una parte que va a adorar la comida que hace mamá y que solo hacen esas fiestas. Y con otra parte que va a detestar cómo mamá se pone nerviosa y quiere controlarlo todo.
O con una parte que se ponga muy nerviosa con el tío que se emborracha. Y con otra que a ese mismo tío lo quiere mucho porque es el que hace las bromas.
Entonces, ¿qué pasaría si nos dejáramos contarnos una narrativa más completa y compleja y observar todo esto que sucede?
Es muy fácil caer en ese automatismo de máscaras sin a veces ni siquiera darnos cuenta de que lo estamos haciendo.
De hecho, hay muchas personas que trabajan en esta fecha en este trabajo de Adviento espiritualmente. De ir hacia adentro, de ver un poco en qué punto están ahora mismo.
Si no frenamos ese automatismo es imposible que podamos estar dándonos lo que necesitamos; estar siendo una expresión de cómo nos sentimos y de lo que queremos ser, aunque sea en ese intento y estemos en proceso de creación.
Dónde está nuestro poder personal
¿Qué pasa si podemos crear cosas?
¿Qué pasa si podemos proponer una forma distinta de hacer regalos?
¿Qué pasa si lideramos en lugar de rodearlo?
Igual no podemos liderar porque nos sentimos demasiado frágiles en ese entorno. Entonces lo más inteligente es pasarle por el lado, pero tomando conciencia de que estamos decidiendo pasarle por el lado.
Entonces nos mantenemos en nuestro poder. Esta es nuestra decisión.
Vamos a pasar por el lado y vamos a hacer el trabajo de presencia que necesitamos hacer para mantenernos en quienes somos, pasando por el lado.
Porque una cosa es no decir nada desde “me estoy mordiendo la lengua y sintiendo cómo crece la úlcera en mi interior”.
Y otra cosa es no decir nada desde “en este momento que van a hablar de esto, me conecto con mi respiración, con mi corazón e irradio amor a esta reunión”.
De las dos maneras no estamos diciendo nada, pero en una estamos colocados en nuestra presencia y en la otra estamos en la discusión, solo que no estamos hablando.
Si vamos a estar la discusión, entonces es mejor que estemos en la discusión.
Pero eso que hacemos muchas veces de implosionar, pero por dentro realmente estar metiéndonos en todo lo que aparece y por fuera aparentemente no, nos desconecta y nos hace muchísimo daño, porque el cuerpo no está entendiendo qué está pasando.
Entonces, de esto se trata, de elegir la presencia con la que vamos a estar, en lugar de hacer este juego de “aguanto”.
Presencia y congruencia en un cambio de paradigma
El sistema nervioso, que vive de la química de amenaza, está actuando adentro nuestro si estamos reproduciendo esa discusión, pero no la estamos diciendo.
Y es más, ni siquiera estamos pudiendo tener la descarga relacional de estar en la vida.
Es como que es una doble señal muy fuerte hacia adentro.
Ya que, aunque aparentemente no estemos emitiendo una señal clara de que eso es lo que está sucediendo, todo lo que está sucediendo por dentro está pasando en la habitación en la que estamos.
Entonces, si no vamos a hablar, nos encargamos de que nuestro estado interior se vaya a otro lugar que sea como en el que queremos estar. Si no, tengamos claro que estamos siendo parte, retirándonos de ese lugar de presencia.
¿A qué atmósfera estamos contribuyendo?
Si entendemos que la atmósfera se irradia por la energía en la que estemos, no por lo que estemos diciendo, ahí sí que no hay máscaras.
Porque podemos parecer hacia afuera las personas más amables del mundo, más encantadoras, más racionales, más que se autocontrolan increíblemente, pero hacia adentro lo que estamos destilando es un volcán.
La atmósfera a la que estamos contribuyendo es en donde de verdad está nuestro sistema nervioso.
- Si estamos en estado de congelación, por mucho que hacia afuera sea un encanto, lo que estoy es contribuyendo a una atmósfera de congelación. Y las otras personas lo van a percibir de una u otra manera.
- Si estamos en ira profunda por dentro, aunque hacia afuera no se vea nada, estamos contribuyendo a que haya fuego en el ambiente. Por mucho que no digamos ni una palabra y el síntoma lo exprese otro.
- Si estamos queriendo evadirnos, estamos contribuyendo a esa evasión que el tío expresa en tomar muchísimo alcohol y evadirse de verdad. Pero, ¿hasta qué punto no estamos alcoholizándonos internamente de alguna otra manera?
Es interesante hacernos estas pregunta:
“¿De dónde de verdad me estoy colocando?”
Y esto no tiene nada que ver con tener que hacer nada hacia fuera. Es un trabajo muy interno.
Dónde nos colocamos cuando, por ejemplo, todas las veces en las que pensamos: “bueno, es que es la otra persona la que me está llevando ahí. ¿Qué está pasando entonces conmigo? ¿Quién está liderando en ese momento? ¿Dónde estoy? ¿Dónde está mi poder personal?”
Un momento social ideal para pararnos a identificar, modificar y crear
Os invitamos a hacer este parón y a revisar.
¿Cuántas cosas repetimos mecánicamente porque alguna vez nuestra familia, la cultura de nuestro país o nosotros mismos, las hicimos así en otro momento de nuestra vida y no nos paramos a ver si todavía queremos seguir haciéndolas así o si queremos cambiarlas?
Las Navidades son como una excusa porque hay mucho foco social ahí.
A poco que nos detenemos, destrabamos y nos quitamos de este lugar reactivo en el que sentimos esta presión interna, y que seguramente se están reactivando traumas adentro nuestro, aparece la magia y aparece las ganas de celebrar.
Incluso cuando no estamos conectados con la celebración de la Navidad.
Así que el tesoro está ahí, al alcance de la mano. Solamente requiere de pararnos y estirar el brazo.
P.D. RECORDATORIO: esto es tan solo un pequeño extracto de nuestra charla. Puedes escuchar el episodio al completo en la parte superior de esta misma página o en cualquiera de estas plataformas de pódcast: Spotify, iVoox, Apple Podcasts o YouTube.
Recursos mencionados
- Qué me cuento en Navidad. Evento online de tres días donde trabajamos las creencias junto con un grupo de personas de nuestra comunidad, siguiendo la narrativa de Cuento de Navidad, de Charles Dickens, con las visitas del fantasma de las Navidades Pasadas, las Navidades Presentes, y las Navidades Futuras.
- Eugenia Orantes. Naturópata, terapeuta holística, formadora, instructora certificada de Transurfing, creadora del Centro de Transurfing en Español, escritora y organizadora de viajes iniciáticos a lugares de poder.
- Eduardo Galeano.
- Voz introducción: Eva Guillamón. Actriz, docente, intelectual, fotógrafa, cantante y escritora. En su ecosistema se imponen la música y la poesía, sea como se llame la profesión que se apoya por igual en el canto y la palabra. Puedes conocerla mejor en su Instagram y su web.
- Música: Francisco J. Hernández. Biólogo y artista plástico con una reconocida carrera en el campo de la Ilustración científica y de naturaleza. Músico de corazón, indígena asombrado del siglo XXI y, sobre todo, un hermoso hombre árbol. Puedes conocerlo mejor en su Instagram y su web.